la noche no existiría.
Porque lo que el planeta refleja
en las cosas de ahí arriba,
con la ausencia de tu mirada
se apagarían.
Y ¿Quién es digno de mirarlos?
Y ¿Quién es digno de amarte?
Ningún hombre de la tierra
que no sepa que ni quieres amor,
ni quieres amante.
¿Por qué fue difícil?
¿Por qué fue fácil?
Tú me elegiste.
Yo te veía lejana.
Tú me besaste.
Yo me quedé en pava.
Tú te cansaste.
Yo no olvidaba.
Tú volviste.
Yo caí en la trampa.
No supe perderte,
pero albergaba esperanza.
Qué pena, qué sinrazón.
Más vale que la próxima vez
acierte.
Y pensé en la muerte.
Y en más de uno la pagué,
convirtiéndome así
en un auténtico
cadáver andante.
Ficticio Ur.
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