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lunes, 28 de enero de 2013

Una conversación cualquiera con Piolín.

Buenos días mi amigo, veo que me saluda usted con un silbido, como de costumbre, muy cotidiano.
Ya sé qué cara tengo. No, ayer volví a ser un estúpido con insomnio. Sinceramente no sabría responderle a esa pregunta, amigo. Dejémoslo en que usted cada vez que me vea así, sólo me haga recordar, con un canto poco normal, que si vuelvo a llorar por ella ponga en la balanza de mi conciencia los buenos momentos que viví junto a ella, las sonrisas que me dedicaba a diario y los besos, los mil besos que nos dimos; pero que también me haga recordar los malos momentos.
Muchas gracias mi amigo, el desahogo y tu bello piar en nuestra mañana -que fue unida a mi noche con pensamientos infinitos- han hecho desaparecer la desidia en mi propia vida.
Buenos días mi amigo.


PIOLÍN 2002 - 2007




miércoles, 23 de enero de 2013

Cuento las horas con los dedos,  
el frío los hace caer  
y aterrizan en un charco de lágrimas 
que nunca, que nunca fueron mías.  

Qué puedes ver,  
qué puedes hacer.  
Qué puedo ver  
si tú no estás aquí.  

Zapatillas rotas y vestidos negros, 
no es más que una moda del subsuelo. 
Ahora te digo: lo siento.  
Ahora si te he perdido.  

Qué puedes ver,  
qué puedes hacer.  
Qué puedo ver  
si tú no estás aquí.  

El tiempo me cobró en días  
y ya no me quedan minutos.  
Lo siento si no estuve contigo
Adiós, adiós, adiós, adiós.  

Qué puedes ver,  
qué puedes hacer.  
Qué puedo ver  
si tú no estás aquí.

Te quiero.


Y esta cara, ya ves.

Noches y noches, y más noches.
Días y días, y más días.
Un mes.

lunes, 14 de enero de 2013

La Lluvia Menstruación

Todos sin aliento.
Y fríos, como muertos.
Bajo el puente contigo,
siempre en silencio.

La lluvia menstruación
fue mi perdición.
La lluvia me mojó.

(Canción de Francisco Urdiales "La Lluvia Menstruación").

AAAAAAAAAAAAAAAA: sólo, ahora.

Un sueño que tú nunca me robarás.
Una sonrisa que crece, y el odio se disuelve;
en la rutina yo no siento,
tú no crees... Yo no miento.

Y ahora con cada nota, ya la sangre no hierve.
Solo el cantautor que hay en tu sonrisa habita el feo de mi garganta,
que grita y ama, que bien ensancha y aclara las palabras que un día fueron muertos.

Todos estamos ya muertos.
Los cuentos del dinosaurio feroz con sus amigos devorados,
que sin saberlo, al terminar de contarle su vida engulle
como cual cabrón.

jueves, 10 de enero de 2013

Miroba alma


No, no lloró más.
Y nos fuimos

recorrí las calles por su cuerpo
y ya no miraba, no me dejaba.

Las sábanas gimieron y
su color resucitó
y vivió, y vivió

La luna estaba arriba
ella vio el suicidio de una estrella
ella quería escribir lo que veía
nadie le preguntó qué le pasaba.
Y quiso llorar, y quiso gritar
pero ya no estaba, no, no se dejaba.

Su luz en la mañana
se quejó de lo oscuro
su mundo era grande,
y la conocían
y me quería, y podía.

La luz de su ceguera
era la luz de su infancia 
perdida.

Y me miraba.

Mi inquietud la enfermaba.

Y me cuidaba.

Sus manos me dormían.

Y me quería.

Y me miraba.

Y me curaba.


Y miraba la oscuridad.
Intentaba no perder la vista
y me quería y no podía.
Me desperté y la vi dormida,
sola y tan arriba.