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domingo, 3 de marzo de 2013

Planta helada en Diciembre.


Y esta cara, ya ves.

Noches y noches, y más noches.
Días y días, más días.

Despierto un día y el sol no se ha vestido.
Salgo a la calle y las farolas siguen vivas.
La piel me reacciona y grita.
El camino se hace largo, 
pero cada paso y cada casa que adelanto 
me pongo cerca de mi hogar.

Llego.

Y ahora solo duermo para volver de donde venía.
Vuelvo a mi auténtico hogar.

Ahora me viste el sol a mí. El mar es mi cama
y en ella dormimos profundamente, cual osezno y osezna.
Nuestra piel es una: suave como el primer día.
El camino ya no existe. Vuelvo a ser mi hogar.

Nunca viviendo en este sueño me quejaré de lo cruel que es el mundo. 

-Yo.