Vistas de página en total

lunes, 19 de marzo de 2012

Quizás al desaparecer, algunos...

... Dicen que cuando alguien se muere, el alma se acerca a la prueba más dura de su existencia. Las opiniones de la gente suelen afirmar que justo antes de ir más allá hacia la dimensión superior, se la conduce frente a una especie de "caja negra", como un contenedor amorfo y adimesional -que en nuestro modo de ver las formas no hay modo de percibir con la vista esa dimensión y formas- en el que se ha ido acumulando todo lo que hizo dentro de su cuerpo desde el día que su cordón umbilical se cortó y sus pulmones respiraron por vez primera.
Lo que el alma experimenta al asomarse a ese receptáculo lo supera cualquier experiencia sensorial...


Puto alma que no vuelve a su cuerpo. Malditas las sensaciones que nos perdemos...

jueves, 8 de marzo de 2012

Señor que regaló su propia alma

El ignora el recurso de drogarse para huir puesto que es un viejo truco pero ¿yo conozco alguno más eficaz para escapar de mí mismo? Un porro, una seta, una copa... Acartonan el recuerdo, pero, al mismo tiempo convierte la gravedad de mi cuerpo en una suerte de porosidad flotante. Algo parecido a la fiebre cuando uno duerme, que alucina y delira. Pasado el trance, sobreviene el decaimiento.
La energía al despertar en la mañana me es débil. Decramado ante el espejo y ojeroso; alicaído frente al mundo, pero en mi interior me encuentro normalmente de mente estupenda. Por supuesto esto que siento no es alegría por haber despertado.

Un día más mirando lo que uno no puede disfrutar, pasando las noches en vela pensando y culpándome de lo que ocurre afuera.

zzzz