El ignora el recurso de drogarse para huir puesto que es un viejo truco pero ¿yo conozco alguno más eficaz para escapar de mí mismo? Un porro, una seta, una copa... Acartonan el recuerdo, pero, al mismo tiempo convierte la gravedad de mi cuerpo en una suerte de porosidad flotante. Algo parecido a la fiebre cuando uno duerme, que alucina y delira. Pasado el trance, sobreviene el decaimiento.
La energía al despertar en la mañana me es débil. Decramado ante el espejo y ojeroso; alicaído frente al mundo, pero en mi interior me encuentro normalmente de mente estupenda. Por supuesto esto que siento no es alegría por haber despertado.
Un día más mirando lo que uno no puede disfrutar, pasando las noches en vela pensando y culpándome de lo que ocurre afuera.
zzzz
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