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lunes, 28 de mayo de 2012

XIX

Ardiente no es vacío, mientras que azul está en el fondo.
Es el vacío, signo del camino: sangre negra se desliza por el cuello.
Heridas cargadas de huevas demoniacas.
Jezabel me visitó y me obligó a correr a su lado: Fondo azul, sangre putrefacta.
¿Por qué me taladró el pensamiento de misantropismo? 
¿Por cuánto fui comprado -ya que no sé cuánto valgo-?
Odiame y haz que te perfore. Cierra tus ojos y deja crecerlos.
Camino cerrado, sus ojos blancos y la niebla que aúlla en silencio.





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