Ahora mismo, es cuando me siento al descubierto, desnudo ante el lector que esté leyendo este texto, el primero de espero muchos.
Con vergüenza hacia lo desconocido afronto una primera entrada que habla sobre un “yo” deprimido ante la sociedad en la que estamos; infeliz conmigo mismo, intento captar los mensajes bonitos que nos da el mundo, y recoger las cosas buenas de las personas. Pero algo pasa, solo descubres qué o eres como ellos o te joden, porque serías diferente. Por mucho que digan: “Yo salvo arboles”, “yo mato ballenas”, “provoco abortos”... Sinceramente da igual, todos son iguales, buscan el mismo provecho, algún dinero y lucro. Yo sin embargo no, no busco nada, tengo casa, calefacción, un grupo de música y algunas personas (pocas pero algunas) que me quieren y les dolería mi pérdida, por eso mismo muchas veces, cuando viene el pensamiento de “Qué cojones voy a hacer yo, con mi futuro, si está todo corrompido y daré de comer a gente que no merece nada, matan y roban con sus verdugos disfrazados de diplomacia y democracia. Pagar mi vida, y la de otros de los que si mueren, no me importa nada. Tiene su riesgo, no se puede vivir como un indio.” paras y rectificas con un sencillo: “Vale seguimos.”
Aún soy joven, cometeré errores, errores que tienen recitificación sencilla.
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